Láser y onicomicosis: pasos prácticos que seguiremos antes, durante y después de la consulta
Si están considerando el láser para tratar onicomicosis, organizarse bien hace una gran diferencia. Aquí describimos qué preparativos conviene hacer, cómo transcurre la sesión en el consultorio y cuáles son los cuidados posteriores para acompañar el tratamiento y sostener resultados en el tiempo.
La onicomicosis es una infección frecuente y persistente de las uñas. El tratamiento con láser se ha incorporado como una herramienta complementaria a las terapias antimicóticas tradicionales, y su utilidad depende mucho de una buena preparación, expectativas realistas y cuidados posteriores constantes. A continuación, detallamos pasos concretos que pueden seguir antes, durante y después de la consulta para ordenar el proceso y aumentar las probabilidades de éxito.
Este artículo es solo con fines informativos y no debe considerarse asesoramiento médico. Consulte a un profesional de la salud calificado para obtener orientación y tratamiento personalizados.
¿Mi madre está lista para el láser en uñas?
“¡Mi madre está lista para eliminar el hongo de sus uñas con láser!” es una frase que escuchamos cuando la familia ya tomó la decisión. Antes de la consulta, lo más importante es confirmar el diagnóstico: el aspecto de la uña puede confundirse con psoriasis, traumatismos u otros problemas. El profesional puede sugerir raspado para examen microscópico o cultivo. Llegar con un diagnóstico claro ayuda a elegir parámetros y plan terapéutico adecuados.
Entre 5 y 7 días antes, conviene retirar esmalte y uñas acrílicas o gel, y evitar cosméticos sobre la lámina ungueal. El día previo, cortar y limar suavemente las uñas afectadas y limpiar con agua y jabón, secando muy bien. Llevar a la consulta una lista de medicamentos y antecedentes (diabetes, problemas vasculares, neuropatías), porque pueden modificar indicaciones. Si hay dolor, inflamación o infección bacteriana asociada, el equipo médico primero controlará ese cuadro.
Otro punto útil es llevar medias limpias y un par de ojotas para usar después del procedimiento. En casa, ir planificando medidas de higiene: lavar medias con agua caliente cuando sea posible, alternar calzados para que se ventilen, y considerar el uso de polvos o sprays antimicóticos para el interior del zapato. Todo esto reduce la reinfección, un motivo frecuente de frustración en onicomicosis.
¿Cómo va a tratar el hongo de uñas con láser?
“Mi madre va a tratar el hongo de uñas con láser”, y es clave saber qué ocurrirá en el consultorio. Primero, colocarán protección ocular para todos. El profesional limpiará la superficie, podrá realizar un desbridamiento suave para aplanar el grosor y luego aplicará la luz láser barrido a barrido. La sensación típica es de calor localizado; algunas personas la describen como pinchazos o ardor momentáneo. El equipo regula energía, duración y número de pasadas según la tolerancia y el estado de la uña.
La sesión suele ser breve, de 15 a 30 minutos según cantidad de uñas tratadas. Pueden indicarse varias sesiones, espaciadas cada 4–8 semanas. Es frecuente combinar el láser con tratamientos tópicos (por ejemplo, lacas o soluciones antimicóticas) y medidas de higiene del hogar. El láser no hace crecer una uña nueva en el acto: lo que se busca es reducir la carga fúngica y favorecer que el nuevo crecimiento, desde la base, sea más claro. En uñas de pies, ese recambio puede tardar 6–12 meses.
Durante la consulta, pregunten por expectativas realistas, cantidad de sesiones estimadas y señales de alarma. Si aparece dolor intenso que no cede, ampollas o cambios de color inusuales, informarlo de inmediato. En general, el procedimiento es bien tolerado, pero la evaluación individual manda: algunas condiciones de piel, sensibilidad o circulación requieren ajustes o incluso posponer la sesión.
Tratamiento láser para uñas con hongo: después
“Tratamiento láser para uñas con hongo, mi madre lo hará” también implica un plan para el día a día. Justo después, es común ver enrojecimiento leve o sensación de calor residual que cede en horas. Mantener las uñas limpias y bien secas es la prioridad. Si el profesional indicó una solución o laca antimicótica de apoyo, respetar horarios y técnica de aplicación. Evitar esmaltes cosméticos por al menos una o dos semanas salvo indicación expresa.
Refuercen la higiene del calzado: alternar pares, ventilar al sol cuando sea posible y usar polvos o sprays antimicóticos en el interior. Cambiar las medias diariamente —idealmente de algodón o fibras que faciliten la transpiración— y secar pies y espacios interdigitales con toalla exclusiva. Mantener las uñas cortas y limadas reduce la acumulación de detritos donde el hongo prospera.
El seguimiento es parte del tratamiento. Programen controles para documentar el crecimiento de la uña desde la base: sacar fotos mensuales con buena luz y el mismo ángulo ayuda a comparar. Si después de algunas semanas no se ve banda de crecimiento más clara, o si la uña empeora, consulten; a veces se ajustan parámetros del láser, se añade otro tópico o se considera estrategia sistémica cuando corresponde y el médico lo avala.
Por último, sostener expectativas equilibradas evita frustraciones. La onicomicosis es tenaz y no existe una solución instantánea. Una estrategia combinada —diagnóstico correcto, higiene constante, sesiones planificadas y adherencia a los tópicos— es lo que más mejora las chances de lograr una uña más sana con el tiempo.